sábado, 12 de marzo de 2016

Vigilia de oración por las vocaciones

Artículo publicado en el blog de misiones de la Vicaría VI

Hemos vivido la Vigilia de oración por las Vocaciones en la Parroquia Santa Maravillas de Jesús de la Vicaría VIª Madrid suroeste, preparada con mucho esmero y con la confianza puesta en el Señor que sigue llamando. Una Eucaristía, dos Testimonios y la Adoración al Santísimo Sacramento, confiados en el Señor a quien le hemos pedido que nos dé vocaciones y abra los corazones de la juventud para responder con generosidad.
La hermana Diana, colombiana que pertenece a la Congregación de las Siervas del Santísimo y de la Caridad nos ha contado que nació en una familia cristiana cuya madre era una mujer de Dios. 
Su vida de fe se fue fomentando poco a poco y como sin darse cuenta dando pasos para lo que sería su vocación. Su primer encuentro “vocacional” lo hizo con un grupo de amigos pero sin en realidad buscar la vocación, pues tenía un novio. Su vida se fue haciendo de encuentro y retiros de dos días que al final terminó en uno de 30 días al cual ella nunca había decidido asistir y, el mismo día le desmontaron todos los pretextos. Iría por una semana y esa semana terminó con los 30 días ignacianos. Ahí hubo un encuentro con el Señor a través de su Palabra y un deseo de plenitud. Eso la llevó a seis meses de discernimiento que culminaron en el encuentro con la Congregación de la cual ella forma parte. Nos ha hablado que ese encuentro se nutre mucho en una espiritualidad eucarística que forma parte de su Congregación Siervas del Santísimo y de la Caridad. La misión y la Eucaristía la han marcado y ahora ya tiene varios años en España, concretamente en el Hospital San José de los hermanos de San Juan de Dios, que comparte con actividades pastorales en la Parroquia de Santa Maravillas de Jesús.
Quique, seminarista del Seminario San Dámaso, está cursando el primer año de teología. También él nace en una familia cristiana, se formó en un colegio de hermanas dominicas, y ahí, recordaba, escuchó esa vocación de Samuel que a los siete años le hizo oír Quique en lugar de Samuel. Su deseo de respuesta nacía ahí, pero hacia los 14 años dejo de sentirlo. Curiosamente, nos contaba un proceso muy extraño: el día de su confirmación no había sentido nada, y cuando todo mundo le felicitaba él quería saber lo que había ocurrido. Y volvió a la catequesis para saber qué había pasado con él. Ahí lentamente descubría lo que ocurre en el sacramento de la Confirmación. Pasaron los años, y cuando terminaba su selectividad, hubo varias personas que hablaban de su profesión: arquitectos, médicos, etc…, y hasta un sacerdote. Pero él, se decía, no, esto no es una profesión… sin embargo, de todos los testimonios el que había acogido más fuerte era precisamente el del sacerdote. Inició la carrera de biología, que le gustaba, pero hacia el cuarto año, pedía al Señor que terminase pronto para entrar en el Seminario. Los años se alargaron a cuatro en lugar de dos, y también tuvo una novia. Juntos fueron a París, ahí en una adoración, él sintió una gran pena que se expresaba en lágrimas, sentía una especie de infidelidad ya sea hacia el Señor por su novia, ya sea a su novia por el Señor, esto no podía ser cosa de tres. Y tuvo que decirle lo que pasaba a ella. Ella acogía la noticia diciendo, bueno… si es por el Señor, no te puedo decir nada. Y ahí el comprendía que Dios había hecho un camino bonito en su vida, ya desde los siete años y ahora incluso con la que fue su novia. En resumen, confiar en el Señor y abandonarse a él. Los sacerdotes santos nacen en ese abandono y en la oración que se hace por ellos.
Toda historia vocacional es una historia humana en donde Dios se manifiesta siempre y en donde cada uno puede responder con toda libertad e intuyendo la llamada a la plenitud de la Vida. Nos hemos despedido con este buen sabor de respirar la presencia del Señor y anhelando que de la Parroquia Santa Maravillas de Jesús surjan respuestas a un Dios que llama siempre y nunca deja de llamar. Nuestro compromiso es orar por las vocaciones y vivir coherentemente nuestro seguimiento cristiano del Señor.
Rolando Ruiz Durán sx

Equipo de Misiones de la Vicaría VIª