Lo dicho, nuestro chicos vuelven a casa, como los turrones "el almendro". Ya veréis lo contentos que regresan. Tener una experiencia intensa de Cristo y de la Iglesia, te cambia la vida tengas la edad que tengas. Ahora la responsabilidad es vuestra, para que en casa continúen la vida de fe que han experimentado estos días. Les esperaremos con los brazos abiertos en la parroquia alrededor de las 17,30.