¡El Adviento ha empezado ya! ¡Qué alegría! Dentro de poco tendremos la oportunidad de celebrar un año más el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. El Dios que tanto nos ama se hace carne para compartir nuestra vida. Dios es cercano, le interesa todo lo que nos ocurre en cada momento, y quiere agarrar con su carne lo que más nos preocupa para traernos la paz. ¡Quiere salvarnos! ¡Dios se hace hombre para que el hombre se haga Dios! Dios, en Jesús, comparte nuestra vida, para que nosotros podamos compartir la suya.
¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste. y los montes se derritieron con tu presencia, jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en él. (Is 63)
¡Ven, Señor Jesús!