domingo, 27 de noviembre de 2011

La corona de Adviento

Los símbolos nos ayudan a celebrar mejor. Tanto en la iglesia como en el ambiente de la familia o de la escuela, nos puede servir un símbolo tan sencillo como el de la corona de Adviento.



Se trata de un soporte, normalmente redondo, revestido de ramas vegetales o de musgo. Sin flores. Sobre ella se colocan cuatro velas nuevas. Al inicio de la primera semana de Adviento se enciende una vela. El segundo domingo, dos. Y así hasta que en vísperas de la Navidad ya están encendidas todas. Como este símbolo sencillo se intenta crear una actitud de espera con el número de velas encendidas y con el simbolismo de la luz y el verde. Es una invitación a prepararse a la venida de Cristo Jesús, Luz y Vida para todos.

¡PON UNA CORONA EN TU CASA Y VIVE EN FAMILIA ESTE TIEMPO PRECIOSO!

Esta es la oración que hemos rezado al encenderla en el primer domingo de adviento:

Encendemos, Señor, esta luz,
como aquél que enciende su lámpara
para salir, en la noche,
al encuentro del amigo que viene.
En esta primera semana de Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús. Ven, Señor Jesús!